Hablemos de una de los lugares más bonitos de Suiza.
Bosques verdes subiendo por montañas coronadas de nieves perpetuas y lagos cristalinos en los que nadan muy elegantes cisnes, unido a una muy cuidada urbe medieval, son los rasgos que dan ese título a la urbe de lucerna.
En todos y cada pequeña calle y ante cada casa medieval uno espera que aparezcan Hansel, Gretel o bien caperucita roja, al tiempo que en el lago nada el pato feo.
Los Alpes a la ribera del lago lucerna; el Kapellbrücke o bien puente de la capilla, el puente medieval cubierto más renombrado del país.
La moderna Kultur und Kongresszentrum, obra de Jean Nouvel; o bien el monumento al león moribundo.
Son ciertos atractivos que acumula esta urbe suiza que, como prácticamente todas las del país, semeja sacada de un cuento.
lucerna es una de las urbes más atractivas de Suiza, singularmente a fines de verano, cuando el agua del lago está suficientemente temperada para nadar.
Hay un festival prácticamente todas las semanas y los prados circundantes están cubiertos por un mantón verde de yerba.
Compacta y simple de recorrer, cuenta con un estupendamente preservado casco viejo peatonal dividido en 2 por el río Reuss.
Murallas del siglo XIII, un sinnúmero de galerías y museos, 2 puentes peatonales medievales, ciento sesenta y cinco fuentes de agua bebible y múltiples grandes hoteles del siglo XIX.
Como en todas y cada una partes en Suiza, en Lucerna existen muchas cosas para hacer gratis:
pasear, nadar en lagos, acudir a conciertos al aire libre – y otras de bajo presupuesto, como ir a comer a exactamente los mismos lugares que los lugareños y hacer picnics.
Si solo dispones de un día para conocer la urbe, te invitamos a iniciar tu recorrido por el Puente de la Capilla, que data del siglo XIV.
Bajo su techo, una serie de pinturas triangulares del siglo XVII cuentan la historia de lucerna.
Desde la ribera del río Bahnhofstrasse, admira las preciosas testeras opuestas al pasear río abajo hasta la iglesia barroca jesuítica.
En su interior hallarás frescos aparatosos y una capilla dedicada al Hermano Klaus.
Entonces haz una pausa en la presa que produce energía para quinientos casas, y prosigue Bruggligasse hasta la Pared Musegg o bien Museo de la Muralla.
Pasea a lo largo, gozando de las vistas, y si te animas sube a una torre de vigilancia, ya antes de dirigirte a la calle Löwenplatz, donde vas a poder tomar un café en el Café Alpineum ya antes de ver el diorama de paisajes alpinos del siglo XIX en el anexo Museo Alpineum.
Al lado se halla el monumento del León, una bestia moribunda tallada en una pared de roca tras una apacible fuerte, en celebración de la Guarda Suiza aniquilada en las Tullerías a lo largo de la Revolución Francesa.
En los días laborables, el próximo Parlamento Cantonal (Bahnhofstrasse once) está abierto a los visitantes, y ofrece un buen ejemplo de la arquitectura renacentista del siglo XV.
En el momento de comer, y puesto que estás por la zona, te invitamos a el restaurant Rebhaus (St Leodegarstrasse tres), donde vas a poder probar el pastel tradicional de lucerna, el Chügelipastete, que se semeja a un vol-au-vent gigante relleno de ternera.
Después de que hagas la digestión es hora de darse un baño.
Si bien hay accesos al lago en múltiples puntos al norte del Hotel Palace, la mejor “playa” gratis es la Ufschötti , con césped y puestos de helados, al sur del edificio KKL.
En la tarde, reserva una mesa en la terraza del restaurant Scala, en el Hotel Montana.
La cocina del sur de Europa y la fenomenal vista sobre las montañas, el lago y la urbe, hacen de este un sitio singular tanto para locales como visitantes por igual.
Después puedes tomar un whisky en Louis, el salón del hotel, que cuenta con música en vivo de martes a sábado.
Si deseáis visitar lucerna, no os atemoricéis con los costos del alojamiento! Les aconsejamos el Etap Hotel Luzern City con buenos costos, unas instalaciones absolutamente nuevas y bien situado.